Los flecos han sido objeto de decoración desde hace siglos, si bien inicialmente se realizaban con trozos de tela, posteriormente se optó por el uso de papel de seda y finalmente han evolucionado hacia los materiales plásticos, que se basan en el efecto de movimiento que produce el viento al pasar por entre los recortes del material. Así hay una tira extensa que se coloca en altura y, a ser posible, en una zona donde se mueva el aire libremente, de tal forma que los pequeños recortes estén libres para moverse. Así el aire puede moverlos produciendo efectos visuales y, según el material, sonidos interesantes.
Aunque este tipo de guirnaldas están pensadas para ser utilizadas en exteriores abiertos no podemos obviar su efecto visual por lo que también pueden ser utilizadas en salones interiores. En caso de interiores se suele optar por poner las guirnaldas de flecos junto a las paredes de forma que se da un punto de color a la decoración aunque no se puedan mover libremente. La existencia de múltiples colores permite encontrar aquel que mejor se adapte a la decoración temática de nuestro evento o bien dar un punto multicolor al fondo si optamos por poner flecos de todos los colores posibles.
Si bien en interiores, tal como hemos mencionado, se suelen colocar en las paredes cuando se utilizan flecos en el exterior deben estar separados de todo obstáculo que evite su movimiento. Así en las terrazas suelen ponerse cruzados sobre el área de comida de tal forma que queden sobre las cabezas de los invitados. Se trata pues de una solución estupenda para dar una sensación de cobijo en las zonas de comida o charla. Para las zonas de baile se suele dejar la pista al aire libre, si bien se pueden utilizar guirnaldas de flecos de plástico alrededor de la pista delimitando así visualmente la zona.
