Guía para organizar una fiesta tradicional

Cuando organizamos una fiesta tradicional la planificamos en varias fases: llegada de los invitados, comida, motivo de la fiesta y post-motivo.

En la fase de llegada de invitados solemos preparar una zona más o menos para la recepción de los invitados, normalmente a la entrada, y su posterior espera a que comience la fiesta en sí. Esta espera puede ser en una sala con algo de comida para picotear y con el mínimo mobiliario para que los invitados puedan socializar.

 Para enfatizar el evento podemos recurrir a lanzar confetis sobre los protagonistas

Una vez que todos, o la mayoría, de los invitados han llegado empieza la fase donde lo principal es la comida, bien sea sentados en la mesa, bien sea de pie en un buffet. La adecuación del tipo de comida y su ubicación es un tema importante.

La comida, aunque una parte muy importante, de la fiesta es sólo el preámbulo para celebrar el motivo de la fiesta y punto central de la misma: presentación de un bebé, beso de unos novios, soplar las velas de la tarta de un cumpleaños. Suelen momentos donde todos los invitado prestan especial atención al evento.

Tras el acto central la fiesta se prolongará durante más tiempo hasta la hora de finalización o cuando se vayan los invitados. Esta prolongación puede celebrarse en la misma habitación donde se ha tomado la comida o en otra aparte.

Para marcar fácilmente las diferentes fases se suelen utilizar diferentes habitaciones por lo que la transición de una fase a la siguiente es detectado fácilmente. Esto no se cumple en el momento del acto central de la fiesta ya que por lo general se realiza al final de la comida, pero sin que haya terminado totalmente dicha fase.

Debido a esto se suelen utilizar algunos trucos para enfatizar este evento, bien sea apagando las luces para soplar una vela, realizar un discurso previo a la presentación o recurrir a lanzar confetis sobre los protagonistas.

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